
Ayer volví a ver esta película sobre la vida de la artista mejicana Frida Kahlo y su tormentosa relación con el también pintor Diego Rivera.
Mención especial para Salma Hayek que se mete por completo dentro de un personaje fascinante y para Alfred Molina que interpreta al orondo y mujeriego Rivera. Aunque la película en ciertos momentos aburra, siempre es un placer entrar en contacto con la obra de la pintora, una de las más personales y apasionantes de la historia del arte.